Introducción

El juego entre perros es una de las formas más comunes de interacción entre ellos.

Es una actividad vital para su bienestar físico y emocional, además de ser una manera natural de aprender habilidades sociales y de comunicación canina. Sin embargo, es esencial saber reconocer cuándo el juego es auténtico y positivo, y cuándo puede estar convirtiéndose en una situación conflictiva.

En este artículo, te enseñare a diferenciar el juego sano entre perros y cómo intervenir si es necesario para asegurar su bienestar y seguridad.

 

 

¿Qué es un juego sano entre perros?

1. Características del juego sano entre perros

El juego entre perros se considera sano cuando presenta ciertas características que indican una interacción positiva y equilibrada.

Estas son:

Recíproco: El juego es recíproco cuando ambos perros buscan activamente la interacción y se muestran interesados el uno en el otro.

Se persiguen mutuamente, cambian de roles durante el juego y no intentan huir o evitar al otro constantemente. Además, no muestran un lenguaje corporal tenso o inhibido, lo que indica que ambos están disfrutando de la interacción.

Equitativo: La energía y la intensidad de ambos perros son similares. Aunque los perros pueden tener tamaños y edades diferentes, es esencial que el juego sea equitativo.

Si un perro es mucho más grande o más joven que el otro, el perro más grande debe ajustarse y moderar su fuerza para no abrumar al compañero más pequeño.

2. Señales de un juego problemático

Es crucial reconocer las señales de que el juego entre perros puede estar convirtiéndose en una interacción problemática o conflictiva.

Algunas de estas señales incluyen:

  1. Evitación excesiva: Si uno de los perros muestra un claro deseo de evitar el juego, dando la espalda, intentando esconderse o alejarse constantemente, es posible que no esté disfrutando de la interacción.

 

2. Señales de apaciguamiento: Los perros que se sienten incómodos o amenazados durante el juego pueden mostrar señales de apaciguamiento, como lamerse el hocico, bostezar o agacharse. Estas son señales de que el perro está tratando de calmar la situación.

 

3. Lenguaje corporal tenso: Si los perros mantienen sus cuerpos rígidos, con las orejas hacia atrás o el pelo erizado, es probable que estén sintiendo tensión o estrés durante el juego.

 

4. Gruñidos o vocalizaciones agresivas: Aunque los perros pueden vocalizar durante el juego, los gruñidos agresivos o amenazantes son una señal de que la interacción se ha vuelto insegura.

 

 

¿Cómo intervenir si el juego no es sano?

1. Observa y evalúa la situación

Cuando observes el juego entre dos perros, presta atención a las señales mencionadas anteriormente.

Si notas que uno de los perros parece incómodo o estresado, es fundamental intervenir de manera adecuada.

2. Interrumpe la interacción si es necesario

Si consideras que el juego no es sano y está escalando hacia una situación conflictiva, es importante intervenir para evitar que los perros se lastimen o se sientan angustiados.

Aquí hay algunas acciones que puedes tomar:

  1. Distrae a los perros: Llama la atención de los perros con un juguete o una golosina para romper la dinámica del juego y permitirles calmarse.
  2. Separa temporalmente a los perros: Si notas que uno de los perros está incómodo, separa suavemente a ambos perros para que se relajen y se calmen antes de reintegrarlos.
  3. Busca un ambiente más tranquilo: A veces, el lugar donde se está llevando a cabo el juego puede ser un factor desencadenante. Lleva a los perros a un espacio más tranquilo y seguro para continuar la interacción.

3. Consulta con un profesional

Si observas que los perros tienen dificultades para interactuar de manera sana y segura, es recomendable buscar la ayuda de un profesional en adiestramiento canino haz clic aquí

Podre evaluar el comportamiento de los perros y proporcionar pautas específicas para mejorar su relación y su forma de jugar.

Conclusión:

El juego entre perros es una parte esencial de su vida y aprendizaje.

Reconocer los signos de un juego sano y equilibrado, así como identificar cuando una interacción puede volverse problemática, es fundamental para garantizar el bienestar de nuestros compañeros caninos.

Siempre debemos estar atentos a las señales que indican que un perro no está disfrutando del juego y actuar en consecuencia para proporcionarles un ambiente seguro y agradable en el que puedan desarrollarse plenamente.

El juego entre perros es una fuente inagotable de alegría y aprendizaje, ¡aprovechemos esta maravillosa oportunidad para enriquecer la vida de nuestros amigos peludos!

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